La histamina, el último neurotransmisor amina

Neurociencia

Hemos hablado en este blog de la dopamina, la noradrenalina o norepinefrina, la adrenalina o epinefrina, componiendo ellas 3 las catecolaminas. Por otro lado, la acetilcolina y la serotonina. Todos ellos, como has podido comprobar en el nombre y en la estructura son aminas.

Solo, falta por mencionar a la última de este precioso grupo que hoy conoceremos más en profundidad, la histamina.

¿Quién es la histamina?

La histamina es una amina imidazólica involucrada en las respuestas locales del sistema inmunitario, regula funciones normales en el estómago y actúa como neurotransmisor en el sistema nervioso central. Nos centraremos en este papel en el cerebro. En efecto, desde la década de 1950 se sabe que la histamina está en el cerebro, pero hasta hace poco se desconocía su función. Esto se debió principalmente, a las muchas funciones que tenía fuera del sistema nervioso.

Figura 1: Estructura de la histamina.

Se sintetiza y libera por neuronas del sistema nervioso, que la usan como neuromodulador. Fuera del sistema nervioso central es un mediador de procesos fisiológicos en células cebadas del tejido conectivo, y en los leucocitos, basófilos y eosinófilos.

¿Cómo se sintetiza?

La histamina es una amina compuesta por un anillo imidazólico y un grupo etilamino como cadena lateral. Químicamente, llamada como 2-(4-imidazol) etilamina y su fórmula es C5H9N3 (ver Figura 1). Por ello, podemos decir, que la histamina es el producto de la descarboxilación del aminoácido histidina, una reacción catalizada por la enzima L-histidin descarboxilasa.

Figura 2: Biosíntesis a partir de L-Histidina.

Una vez formada es almacenada o es rápidamente inactivada por el sistema digestivo. La histamina es catabolizada por la histamina-N-metiltransferasa y la diamina-oxidasa, y posiblemente sea capturada por algún transportador, que aún no se ha identificado. Algunas formas de intoxicación alimentaria, se deben a la conversión de histidina en histamina en la comida descompuesta o mal refrigerada, como el pescado.

Las neuronas que sintetizan y liberan este neurotransmisor son las del núcleo tuberomamilar y el núcleo posterior del hipotálamo. En ellas, no se ha identificado un sistema de transporte específico para neuronas histaminérgicas. Una vez sintetizada, se introduce en vesículas y saldrá estimulada por el calcio. No obstante, fuera del sistema nervioso, los mastocitos y las células del endotelio vascular también sintetizan y almacenan histamina.

¿Cómo se regula?

La histamina también tiene un control negativo de su propia síntesis, es decir, que se autorregula, a través de autorreceptores H3C, que activan la recaptación de este neuromodulador, en axones, dendritas y células gliales. Hay dos enzimas que participan en el catabolismo de la histamina, que son la histamina metil-transferasa (HMT) del sistema nervioso central y la diamino oxidasa (DAO) del resto del cuerpo.

Funciones de la histamina

Las funciones de la histamina se pueden dividir en: funciones como neurotransmisor y como hormona.

Funciones como neurotransmisor

La histamina puede actuar como neuromodulador, modulando o regulando las respuestas a otros neurotransmisores. Se han observado interacciones de la histamina con la acetilcolina (de la cual ya hemos hablado), opiáceos, GABA (de la que hablaremos).

La histamina en general es un neuromodulador que incrementa la excitabilidad de las neuronas del sistema nervioso central. Además, como neuromodulador regula las funciones hipotalámicas, relación vigilia/sueño, y actualmente está en estudio si hay funciones vegetativas en las cuales quizás también juegue un papel importante (control de la presión sanguínea, regulación de glucosa y lípidos, la regulación del consumo de líquidos, temperatura corporal y secreción de hormona antidiurética, así como la percepción del dolor).

Figura 3. Vía histaminérgica en el sistema nervioso central. Imagen extraída de: https://repositorio.cinvestav.mx/bitstream/handle/cinvestav/3329/SSIT0015259.pdf?sequence=1

Por un lado, su papel en funciones fisiológicas se ha pensado que la histamina juega un papel en enfermedades degenerativas (esclerosis múltiple, Alzheimer, Parkinson). Por otro lado, se cree que la enfermedad del Parkinson es una enfermedad multi-factorial (para saber más leer este artículo), y en ratas con esta patología se ha observado un aumento en la liberación de metabolitos de la histamina.

Por todo ello, posteriormente se ha demostrado que la histamina está envuelta en la degeneración neuronal y neurotoxicidad. Por ejemplo, la encefalopatía de Wernicke es un desorden caracterizado por daño patológico selectivo en la línea media del tálamo, cuerpos mamilares, y ciertos núcleos cerebrales. En efecto, la deficiencia de tiamina es un factor crítico en la etiología de este desorden, que se ha demostrado que presenta mucha histamina, provocando su exceso, la muerte de las neuronas.

Finalmente, en el sistema nervioso, unido a la función del sistema inmune en el que la histamina es la unión, destacan las muchas enfermedades inflamatorias del Sistema Nervioso Central tales como encefalomielitis y esclerosis múltiple.

Funciones en el resto del cuerpo

La histamina interviene decisivamente en las reacciones de hipersensibilidad inmediata y alérgica, es decir, en la alergia. Esto se debe a que, como​ parte de la respuesta alérgica a un antígeno se generan anticuerpos (IgE), contra antígenos inhalados normalmente, ​ que se unen a la superficie de las células cebadas y los basófilos. La histamina está considerada como un modulador tanto de la respuesta inmune humoral o innata, como de la inmunidad celular o adaptativa, así como el mayor mediador de reacciones de hipersensibilidad inmediatas.

En el corazón o sistema cardiovascular la histamina es un vasodilatador con interacción mediante los receptores H1 y H2, que se encuentran en todos los vasos sanguíneos. Por un lado, los receptores H1 tienen más afinidad por la histamina y medían la dilatación por el óxido nítrico cuyo comienzo es rápido y leve. Por otro lado, los receptores H2 que estimula la vía adenosín monofosfato cíclico (AMPc) – proteincinasa A en músculo liso, originando una dilatación que surge con más lentitud y dura más tiempo.

Si se aplica a dosis grandes o es liberada durante una anafilaxia, la histamina ocasiona disminución profunda de la presión arterial. Por ello, con la dilatación de los vasos finos, se atrapan gran cantidad de sangre, aumenta la permeabilidad y sale plasma de la circulación, y por tanto disminuye el volumen sanguíneo eficaz, el retorno venoso y el gasto cardíaco. En los vasos sanguíneos más grandes, controla por ello, la permeabilidad. Destacando que retarda la conducción auriculo – ventricular (regulado por los receptores H1), intensifica el automatismo y con altas dosis puede haber arritmias (siendo estos dos últimos, mediados por los receptores H2).

Figura 4. Esquema de los órganos diana de los receptores de la histamina H1 a H4. Imagen creada por Ana María Morón Usero.

La histamina es un potente secretagogo gástrico y desencadena excreción abundante de ácido, siendo la fuente principal del organismo, por las células parietales (donde junto con la gastrina y la acetilcolina, produce H+), al actuar en los receptores H2. También aumenta la producción de pepsinogeno y factor intrínseco, manteniendo el equilibrio y ácido necesario para la digestión.

En último lugar, hay que mencionar que los receptores de histamina, los H3 parece que tienen un importante papel en su localización presináptica (núcleos basales, hipocampo y corteza) regulando la síntesis de histamina y otros neurotransmisores. Mientras los receptores H4 están en las células inmunitarias y de origen hematopoyético como los eosinófilos y los neutrófilos, y también en las vías gastrointestinales, activando el sistema inmune.

Conclusión

En conclusión, la histamina es un neuromodulador fundamental para nuestras conexiones cerebro – intestino, como vimos con la serotonina. Así mismo, es esencial en el sistema nervioso central, como hemos visto en estas líneas. Además, es esencial para diversas funciones inmunitarias y nos mantiene en la homeostasis o equilibrio estomacal.

Aún, queda mucho por descubrir en este neurotransmisor, pero espero que estas líneas os guíen un poco más, y os hayan hecho descubrir un nuevo mundo, el de las aminas, que se cierra aquí, aunque no el mundo de los neurotransmisores que aún quedan unos pocos por contar.

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