Insectos

El consumo de insectos se presenta como una alternativa nutritiva y sostenible que ayudaría a hacer frente a la demanda creciente de alimentos. Sin embargo, la falta de aceptación por parte de los consumidores es uno de los mayores obstáculos para que los alimentos a base de insectos se normalicen en la dieta.

Entomofagia

🔷CONSUMO DE INSECTOS EN EL MUNDO🔷

La entomofagia o consumo de insectos como alimento es una práctica común en numerosos países alrededor del mundo, especialmente en áreas de Asia, África y América Latina. En estas zonas existe una amplia historia entomofágica de adaptación del hombre a su entorno. Desde los cultivos de huevos de insecto (saltamontes y dípteros, sobre todo) de los aztecas en aguas estancadas y lagos para obtener una especie de caviar (ahuahulte), hasta los métodos de recolección de hormigas tejedoras cuyas fases larvarias han sido siempre muy apreciadas tanto por sus cualidades nutritivas como medicinales en el sudeste tropical chino, en Bangladesh, en India, Malasia y Sri-Lanka. En África también se emplean múltiples métodos para recolectar termitas, cuyas fases larvarias son las preferidas para el consumo. México es uno de los principales países con tradición en el consumo de insectos. Según la FAO hoy en día alrededor de 2.000 millones de personas complementan su dieta con insectos, si bien algunos autores sugieren que esta cifra está sobreestimada.

Imagen: Principales grupos de insectos consumidos en el mundo (Ref. 6)

🔷INSECTOS: TRADICIÓN, RELIGIÓN Y GASTRONOMÍA A LO LARGO DE LA HISTORIA🔷

Los insectos han sido parte de la alimentación humana desde siempre, y a lo largo de la historia diversas culturas han practicado la entomofagia.

Desde tiempos antiguos, las religiones han influido en las prácticas alimentarias, y los insectos no son la excepción. En la Biblia, el libro de Levítico menciona que saltamontes, langostas y otros insectos similares eran alimentos permitidos. En el islam, las tradiciones destacan a las langostas como un alimento permitido y en el judaísmo, ciertas langostas eran consideradas kosher, aunque esta práctica se perdió entre parte de la diáspora debido al desconocimiento de las especies aptas.

En el pasado, los insectos no solo eran alimento, sino auténticos manjares. En la antigua Grecia, las cigarras eran un lujo gastronómico, en Roma, las larvas de escarabajo se servían en las mesas más selectas y en Mesopotamia se ofrecían saltamontes en banquetes reales. En China, durante la dinastía Ming, los insectos no solo se comían, sino que también se valoraban por sus propiedades medicinales.

A día de hoy, a pesar de las cualidades nutritivas de los insectos, en países occidentales el consumo de insectos aún no está totalmente aceptado, y provoca sentimientos y reacciones muy dispares, que van desde la curiosidad hasta el rechazo absoluto.

Consumo de insectos en Europa

Aunque algunos insectos se han consumido en Europa desde hace años, es en 2015 cuando se establece una normativa para regularlos.

En Europa, legalmente los insectos están considerados nuevos alimentos, por lo que cualquier empresa que quiera comercializar un insecto o un ingrediente producido a partir de insectos (polvo, pasta, extractos) que no esté incluido en la lista de los ya permitidos debe solicitar autorización para su venta. A día de hoy hay 4 especies de insectos autorizadas:

Imagen: Especies de insectos que pueden ser comercializadas para consumo humano en la UE
NombreFormas autorizadas para comercialización
Larvas de Tenebrio molitor (gusano de la harina)Congelada, desecada y en polvo
Locusta migratoria (langosta migratoria)Congelada, desecada y en polvo
Acheta domesticus (grillo doméstico)Congelada, desecada y en polvo
Larvas de Alphitobius diaperinus (escarabajo del estiércol)Congelada, desecada y en polvo
Tabla: Especies de insectos y formas que pueden ser comercializadas en la UE
  • Si el insecto ya se consume en un país fuera de la UE, el solicitante puede apostar por una vía relativamente ágil, que consiste en aportar documentación suficiente que demuestre que el insecto ha formado parte de la dieta tradicional de un país tercero durante al menos 25 años y posee un historial de uso alimentario seguro.
  • En caso de que esto no se cumpla, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) debe evaluar la seguridad del insecto o del ingrediente producido a partir de insecto para el cual se está realizando el trámite. Únicamente los expedientes con evaluación positiva (se demuestra que su consumo no implica riesgos) podrán optar a ser autorizados.  Esto ocurrirá si, tras estudiar los datos existentes, se concluye que no existe riesgo para los consumidores.
FORMAS DE CONSUMO
En Europa, la oferta de productos a base de insectos no para de crecer, y podemos encontrar una amplia variedad de productos en el mercado que contienen estos nutritivos alimentos.
Los insectos pueden consumirse enteros (por ejemplo, fritos y aderezados, como aperitivos), pero es más común que sean añadidos como ingrediente (en forma de polvo, pasta o extractos), a otros alimentos procesados como galletas, barritas de cereales, galletas, alimentos proteicos, hamburguesas, sopas…

Seguridad Alimentaria de los insectos comestibles

Como cualquier alimento, los insectos pueden ser portadores de contaminantes biológicos y químicos, además de constituir por sí mismos un peligro físico. Estos peligros dependen de la especie de insecto, del sustrato utilizado para su cría y de las prácticas seguidas durante su producción, procesamiento y consumo.

🔷PELIGROS BIOLÓGICOS🔷

Los insectos pueden portar bacterias como Staphylococcus, Escherichia coli, y Salmonella, provenientes de su microbiota natural o introducidas durante su cultivo y procesamiento. Asimismo, se han encontrado distintas especies de virus y hongos en insectos cultivados para alimentación humana y animal.

La presencia de estos microorganismos está relacionada con distintos factores:

  • Ambiente de cultivo y sustrato: Condiciones higiénicas inadecuadas o prácticas incorrectas pueden favorecer la proliferación de microorganismos en las instalaciones. El sustrato utilizado para alimentar a los insectos es un factor crítico. Sustratos como residuos de alimentos o estiércol, especialmente si no han sido tratados previamente, pueden introducir patógenos.
  • Microbiota natural: Al igual que los humanos, los insectos tienen  microbiota específica que es esencial para su metabolismo y supervivencia.
  • Procesamiento y almacenamiento: El no respetar prácticas adecuadas puede dar lugar a la supervivencia de microorganismos patógenos o dar lugar al crecimiento de hongos (por ejemplo, temperaturas insuficientes durante el secado o almacenamiento en condiciones de humedad) pueden facilitar el crecimiento de hongos.

Otros peligros potenciales son la presencia de parásitos, aunque están poco estudiados, y la de priones, cuya presencia está vinculada al uso de sustratos con proteínas de origen humano o de rumiantes.

🔷PELIGROS QUÍMICOS🔷

Existe una variedad de compuestos químicos que presentarse como contaminantes en los insectos. Un ejemplo son las micotoxinas, provenientes de los sustratos contaminados o producidas “in situ” por mohos contaminantes.

Asimismo, los insectos pueden acumular metales pesados, pesticidas, medicamentos veterinarios o toxinas, dependiendo del sustrato utilizado para alimentarlos. También se han detectado otros compuestos como dioxinas, aceites minerales e histamina.

GRANJAS DE INSECTOS
Las granjas de insectos son instalaciones donde se crían y producen insectos comestibles a gran escala, como grillos, gusanos de la harina y langostas. Estas granjas son esenciales porque permiten la producción controlada y segura de estos insectos, asegurando su calidad y minimizando riesgos de contaminación. 

🔷PELIGROS FÍSICOS🔷

Las partes duras de los insectos que se consumen enteros (mandíbulas, patas, alas y otros apéndices) pueden suponer peligros físicos, ya que podrían causar atragantamiento, perforaciones u obstrucciones intestinales.                                                                                        

🔷PRESENCIA DE ALÉRGENOS🔷

Los insectos contienen proteínas como tropomiosina, arginina, quinasa y hemocianina, similares a las de crustáceos y ácaros del polvo, que pueden causar reacciones cruzadas en personas alérgicas.

Además, la quitina presente en el exoesqueleto de los insectos puede potenciar respuestas alérgicas al actuar como adyuvante en el sistema inmunitario.

REQUISITOS DE ETIQUETADO 
Los productos que contengan insectos en su composición deben indicar su presencia de forma clara en el etiquetado.
Además, la etiqueta deberá advertir que este ingrediente (insecto o ingrediente obtenido a partir de insectos) puede provocar reacciones alérgicas a los consumidores con alergias conocidas a los crustáceos y sus productos, y a los ácaros del polvo.

Aunque pueda parecer que la lista es larga, los riesgos asociados al consumo de insectos son comparables a los de otras fuentes de proteínas animales no procesadas, siempre que se utilicen sustratos seguros y se apliquen prácticas de producción adecuadas.

Dicho esto, también es cierto que los riesgos asociados a la producción animal están mejor estudiados y documentados que en el caso de los insectos, donde aún existen algunas lagunas de conocimiento.

Ventajas asociadas al consumo de insectos

La población mundial crece y preocupa que los sistemas de producción actuales no sean capaces de abastecer la demanda futura de alimentos. Los insectos constituyen una alternativa prometedora que contribuiría a paliar esta demanda, siempre que se aseguren los criterios de inocuidad e higiene. 

  • Nutritivos: Los insectos son alimentos ricos proteína y tienen alto contenido de ácidos grasos mono y poliinsaturados, elementos traza como cobre, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, selenio y zinc, así como algunas vitaminas del grupo B. Además, se investiga el potencial de algunas especies de insectos como fuente de compuestos bioactivos con actividad antiinflamatoria, antioxidante o con capacidad para modular determinados parámetros metabólicos.
Tabla: Valor nutricional de algunos insectos. Los valores reflejan la cantidad de nutriente por 100 g de producto (Ref. 7)
  • Producción sostenible: La cría de insectos emite considerablemente menos gases de efecto invernadero que la mayoría de las demás fuentes de proteína animal, y requiere menos agua y cantidad de terreno que la cría de ganado. Además, los insectos pueden alimentarse con residuos (por ejemplo, residuos orgánicos de alimentos), contribuyendo a reducir el desperdicio.
  • Alta eficiencia de conversión proteica: Los insectos son muy eficientes a la hora de convertir pienso (alimento) en proteína. Por ejemplo, los grillos necesitan 12 veces menos piensos que el ganado para producir la misma cantidad de proteína.
Imagen elaborada por la UOC a partir de la publicación https://doi.org/10.3390/ijerph191811653 (Ref.11)
  • Medio de vida: Su cría requiere poco espacio y puede llevarse a cabo tanto en zonas rurales como urbanas, siendo una opción viable en áreas donde otras actividades agrícolas son impracticables.

Obstáculos y retos

  • Alergeneicidad: El consumo de insectos puede desencadenar reacciones alérgicas debido a proteínas presentes en el insecto o por reacciones cruzadas en personas alérgicas a crustáceos y ácaros del polvo.
  • Tecnología: La producción de insectos a gran escala aún enfrenta desafíos tecnológicos, como el desarrollo de sistemas automatizados y controlados para optimizar la cría y el procesamiento.
  • Rentabilidad: La cría de insectos enfrenta costos de producción mayores que los de fuentes tradicionales de alimentos y piensos y está directamente relacionado con el anterior (desarrollo tecnológico). Aun así, considerando factores como el uso de agua, emisiones de gases y consumo de combustibles, los insectos pueden ser una alternativa más sostenible y económica.
  • Normativa: En la UE, los insectos se consideran nuevos alimentos y deben pasar por un riguroso y largo proceso de autorización antes de su comercialización, lo que limita la oferta de estos productos en el mercado.
  • Aceptación: El rechazo por parte de los consumidores constituye una de las principales barreras para que los alimentos a base de insectos se popularicen. Entre las razones por las cuales los consumidores rehusan consumir insectos está el asco, la carencia de hábito, las dudas sobre su seguridad o razones culturales.

Para concluir, aunque la idea de consumir insectos sigue generando controversia en muchas regiones, sus ventajas no pueden ser pasadas por alto. Los insectos no solo son una alternativa alimentaria nutritiva, sino que también representan una opción más sostenible y eficiente en comparación con otras formas de producción animal. El futuro de la alimentación global podría depender de nuestra capacidad para superar prejuicios y adoptar nuevas prácticas alimentarias. Informar a los consumidores sobre los beneficios medioambientales, de seguridad y nutricionales del consumo de insectos podría facilitar la aceptación y reducir el rechazo cultural.

Bibliografía

  1. AESAN (2024). Situación de los insectos en alimentación humana.
  2. EFSA (2015). Risk profile related to production and consumption of insects as food and feed.
  3. Elika (2023) . Invertebrados terrestres (Insectos)
  4. A. van Huis, A. Halloran, J. Van Itterbeeck, H. Klunderand P. Vantomme. How many people on our planet eat insects: 2 billion? Journal of Insects as Food and Feed. Publication Date: 01 Jan 2022
  5. Arnold Van Huis. Insects as food and feed, a new emerging agricultural sector: a review. Journal of Insects as Food and Feed 6(1):1-18 (2019). DOI:10.3920/JIFF2019.0017
  6. FAO. La contribución de los insectos a la seguridad alimentaria, los medios de vida y de medio ambiente
  7. FAO (2013). Edible insects .Future prospects for food and feed security.
  8. Fleta J. Entomofagia: ¿una alternativa a nuestra dieta tradicional? Sanidad Militar vol.74 no.1 (2018)
  9. Lenka Kouřimská, Anna Adámková, Nutritional and sensory quality of edible insects, NFS Journal, Volume 4 (2016) https://doi.org/10.1016/j.nfs.2016.07.001
  10. Reglamento (UE) 2015/2283 relativo a los nuevos alimentos.
  11. Ros-Baró, M.; Casas-Agustench, P.; Díaz-Rizzolo, D. A.; Batlle-Bayer, L.; Adrià-Acosta, F.; Aguilar-Martínez, A.; Medina, F. X.; Pujolà, M.; Bach-Faig, A. Edible Insect Consumption for Human and Planetary Health: A Systematic Review. Int. J. Environ. Res. Public Health (2022). https://doi.org/10.3390/ijerph191811653
  12. UOC (2013). La mayoría de las personas ven los insectos como una fuente de alimentación alternativa y sostenible para el futuro

Las imágenes de los insectos autorizados proceden de Elika (Tenebrio y escarabajo), Freepik (langosta) y Wikipedia (grillo).

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