El próximo 11 de febrero es el Día de la Mujer en la Ciencia, una gran ocasión para destacar el impacto y la dedicación de mujeres que han dejado una huella imborrable en la ciencia. Entre ellas, Elizabeth Blackburn, se ha convertido en una figura destacada por sus contribuciones en el campo de la genética y la biología celular, principalmente por el descubrimiento de la telomerasa.
Blackburn nación en Australia en noviembre de 1948. Desde una edad temprana, su fascinación por la vida y la naturaleza la guiaron hacia el mundo de las ciencias. Este interés precoz la llevó a completar sus estudios en bioquímica en la Universidad de Melbourne, sentando las bases para su posterior éxito en la investigación científica. La curiosidad y la dedicación de Blackburn la impulsaron a obtener un doctorado en la Universidad de Cambridge en 1975, donde inició sus primeros pasos en la investigación que más tarde cambiaría el panorama de la biología celular.
Su gran descubrimiento: la telomerasa
Su contribución más significativa fue la identificación de la telomerasa, una enzima que forma los telómeros durante la duplicación del ADN. Ahora bien, ¿qué función cumplen los telómeros? Estos son componentes situados en los extremos de los cromosomas, diseñados para preservar la integridad de nuestro material genético. Sin embargo, suelen presentar un desafío intrínseco: no son inmortales. En cada división celular, el ADN debe replicarse, pero los telómeros no se duplican completamente. Como resultado, estos componentes experimentan una disminución progresiva en tamaño y funcionalidad en cada ciclo de replicación celular.
En 1975, Elizabeth Blackburn se incorpora en su etapa postdoctoral a la Universidad de Yale, donde se centró en la investigación de los telómeros, cuyos mecanismos moleculares eran completamente desconocidos hasta ese momento. Su tarea consistió en estudiar las secuencias de ADN en los extremos de los cromosomas del protozoo Tetrahymena. La pregunta sobre la función específica de estas secuencias la lleva a explorar las proteínas circundantes. Así, en el año 1984, Elizabeth Blackburn, en colaboración con Carol Greider, logró un hito trascendental al descubrir la telomerasa, la enzima encargada de la formación de los telómeros durante la replicación del ADN. Este descubrimiento revolucionario le valió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2009, compartido con su compañera Carol Greider y compañero Jack W. Szostak.
El papel de la telomerasa y su relevancia en la investigación de enfermedades
La longitud de los telómeros ayuda a predecir el riesgo de enfermedades crónicas
Elizabeth Blackburn
El hallazgo de la telomerasa marcó un antes y un después en la comprensión de los mecanismos fundamentales que rigen la estabilidad genómica y el envejecimiento celular. Se revela que la telomerasa es esencial para el crecimiento celular y, por tanto, las células son inmortales mientras esté activa.
Los descubrimientos sobre la telomerasa tienen implicaciones fundamentales, destacando su papel clave en la oncogénesis. Por un lado, la ausencia de telomerasa en tejidos podría propiciar la inestabilidad genética, facilitando el desarrollo del cáncer. Por otro lado, la activación de la telomerasa es esencial para el crecimiento permanente de las células cancerosas, evidenciando su hiperactividad en la mayoría de los tumores malignos, lo que abre la puerta a posibles tratamientos anticancerosos mediante inhibidores de la telomerasa.
Además, se ha vinculado la longitud de los telómeros a diversas enfermedades como enfermedades cardiovasculares, demencia, osteoporosis, obesidad, o diabetes. La telomerasa desempeña un papel crucial en el mantenimiento de los telómeros, influyendo en el ciclo de vida celular. La relación entre el acortamiento de los telómeros, el envejecimiento y las enfermedades asociadas a la edad sugiere que los telómeros podrían ser un indicador más preciso de la edad biológica que la edad cronológica. Factores genéticos, estrés, comportamentales y nutricionales pueden influir en la longitud de los telómeros, y en el futuro, el estado del complejo telómero-telomerasa podría convertirse en un indicador crucial de la salud.
Elizabeth Blackburn, inspiradora
En el Día de la Mujer en la Ciencia, celebramos a Elizabeth Blackburn no solo por las contribuciones científicas sobresalientes, sino también por su papel como modelo a seguir para mujeres jóvenes que sueñan con una carrera en la investigación. Su legado continúa inspirando a todos, recordándonos la importancia de fomentar la diversidad y la igualdad en el emocionante mundo de la ciencia.
- H. Merle-Béral (2018). 17 mujeres premios nobel de ciencia.
- Greider & E. Blackburn (1985). Identification of a specific telomere terminal transferase activity in Tetrahymena extracts. Cell. Dec. 43 (2 Pt 1): 405-13.
- Blackburn (2009). Biographical. The Nobel Prize in Physiology or Medicine.