Hoy, 21 de septiembre, se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, una fecha dedicada a la concienciación sobre esta enfermedad, apoyar a los afectados y sus familias, y a destacar los esfuerzos en investigación. Este día nos recuerda la importancia de seguir avanzando en el conocimiento y tratamiento de esta patología.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo, principalmente a mayores de 65 años. En este artículo, hablaremos sobre qué es el Alzheimer, sus síntomas, factores de riesgo, posibles orígenes, diagnóstico y los avances en investigación para su tratamiento.
¿Qué es el Alzheimer?
El Alzheimer es la forma más común de demencia, un término que abarca varias enfermedades que causan deterioro cognitivo. Esta enfermedad afecta principalmente a las áreas del cerebro relacionadas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. A medida que progresa, interfiere en la vida diaria de quienes la padecen, desde recordar nombres y rostros hasta llevar a cabo tareas simples.
Síntomas del Alzheimer
Los síntomas del Alzheimer suelen aparecer de manera gradual. Algunos de los signos tempranos más comunes incluyen:
- Pérdida de memoria que afecta la vida diaria, como olvidar información recién aprendida y fechas importantes.
- Dificultad para planificar o resolver problemas, como seguir una receta o manejar las finanzas.
- Desorientación en tiempo y espacio, lo que lleva a perderse en lugares conocidos o confundir las estaciones del año.
- Problemas para hablar o escribir, como dificultad para seguir una conversación o encontrar palabras adecuadas.
- Cambios en el estado de ánimo o personalidad, desde irritabilidad hasta confusión, especialmente en situaciones fuera de lo común.
Posibles orígenes del Alzheimer
Aunque el Alzheimer fue descrito por primera vez por el médico Alois Alzheimer en 1906, aún no se conoce una causa específica para su desarrollo. Sin embargo, se han identificado varios factores y teorías que pueden influir en su aparición.
- Acumulación de proteínas anormales: Las proteínas beta-amiloide y tau juegan un papel crucial en el desarrollo del Alzheimer. La beta-amiloide forma placas entre las neuronas, interrumpiendo la comunicación entre ellas, mientras que la tau se acumula dentro de las neuronas en forma de ovillos, lo que altera el transporte de nutrientes. Estas acumulaciones parecen ser tóxicas para las células nerviosas y provocan su muerte.
- Inflamación crónica: Existe evidencia de que la inflamación prolongada en el cerebro puede contribuir al desarrollo del Alzheimer. La activación continua del sistema inmunitario en respuesta a la acumulación de proteínas tóxicas puede dañar las células cerebrales .
- Estrés oxidativo y daño celular: El cerebro es particularmente vulnerable al daño causado por los radicales libres, moléculas inestables que causan daño celular. El estrés oxidativo, asociado a la inflamación, puede contribuir a la degeneración de las neuronas y acelerar la progresión del Alzheimer .
- Factores genéticos: Aunque la mayoría de los casos de Alzheimer son esporádicos, algunos estudios sugieren que ciertas mutaciones genéticas pueden aumentar el riesgo. El gen APOE-e4 está vinculado a una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad, especialmente si hay antecedentes familiares .
- Factores ambientales y estilo de vida: Existen indicios de que el entorno y el estilo de vida pueden influir en la aparición del Alzheimer. Factores como la dieta, la exposición a toxinas, la falta de actividad física y la educación pueden interactuar con la predisposición genética, afectando el riesgo de desarrollar la enfermedad .
Factores de riesgo
Además de los posibles orígenes, existen factores de riesgo bien documentados que aumentan la probabilidad de desarrollar Alzheimer:
- Edad: Es el mayor factor de riesgo conocido. A partir de los 65 años, la probabilidad de desarrollar Alzheimer se duplica cada 5 años.
- Genética: Un historial familiar de Alzheimer puede aumentar la probabilidad de padecerlo, especialmente si se tiene una mutación en el gen APOE-e4.
- Estilo de vida y salud: Condiciones como la hipertensión, diabetes, obesidad y hábitos como el sedentarismo o fumar pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad.
Diagnóstico del Alzheimer
Diagnosticar el Alzheimer puede ser un proceso bastante complejo. A menudo, se utilizan pruebas de memoria y capacidad cognitiva, junto con exámenes neurológicos y de imagen, como resonancias magnéticas o tomografías. Estas pruebas ayudan a descartar otras causas de los síntomas y a evaluar el deterioro cerebral. Es importante que, ante la sospecha de los primeros signos, se acuda a un especialista para una evaluación adecuada.
Tratamientos y avances en la investigación
Actualmente, no existe una cura para el Alzheimer, pero sí tratamientos que pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Los medicamentos disponibles ayudan a regular los neurotransmisores en el cerebro, lo que puede ralentizar temporalmente el progreso de la enfermedad. Sin embargo, la investigación sigue avanzando, con estudios enfocados en nuevas terapias, como las vacunas contra proteínas tóxicas o la terapia génica.
Un enfoque prometedor es la reducción de los niveles de beta-amiloide y tau, proteínas que se acumulan anormalmente en el cerebro de los pacientes con Alzheimer y que dañan las neuronas. Además, hay avances en la detección temprana de la enfermedad, lo que podría permitir un tratamiento más efectivo antes de que se presenten síntomas severos .
Empresas biotecnológicas y farmaceúticas que investigan tratamientos para el Alzheimer
Biogen: es una de las empresas más destacadas en la investigación de terapias para el Alzheimer. En 2021, su fármaco Aducanumab (comercializado como Aduhelm) fue aprobado por la FDA de EE. UU. como el primer tratamiento dirigido a las placas de beta-amiloide en el cerebro, un marcador clave de la enfermedad de Alzheimer.
Eisai: colabora estrechamente con Biogen en la investigación sobre el Alzheimer. Su colaboración ha resultado en terapias innovadoras como Lecanemab.
Eli Lilly: su fármaco experimental más destacado es Donanemab, un tratamiento también orientado a atacar la acumulación de beta-amiloide.
Roche: uno de sus fármacos más avanzados es Gantenerumab, un anticuerpo que se une al beta-amiloide para facilitar su eliminación.
Novartis: en colaboración con Amgen y la Banner Alzheimer’s Institute en el desarrollo de tratamientos preventivos para personas con riesgo genético elevado de Alzheimer. Se han centrado en terapias basadas en inmunología, como CNP520, un inhibidor de la beta-secretasa, una enzima relacionada con la producción de beta-amiloide.
Johnson & Johnson (Janssen): ha investigado fármacos como Atabecestat, un inhibidor de la beta-secretasa, aunque algunos de sus ensayos clínicos se han detenido por preocupaciones de seguridad.
Merck: ha investigado el inhibidor de beta-secretasa, Verubecestat, aunque los ensayos clínicos en etapas avanzadas no lograron los resultados esperados.
AbbVie: ha trabajado en tratamientos basados en la reducción de la proteína tau, otra proteína que se acumula en el cerebro de las personas con Alzheimer.
Alector: está investigando terapias dirigidas a la inmunidad innata, con el fin de reforzar el sistema inmunológico del cerebro para combatir la progresión del Alzheimer.
Otras empresas emergentes:
Cortexyme: está trabajando en terapias que se centran en las infecciones bacterianas como desencadenantes del Alzheimer, específicamente relacionadas con el patógeno P. gingivalis.
Denali Therapeutics: se enfoca en terapias para neurodegeneración, incluyendo inhibidores de la proteína tau y otros abordajes innovadores.
ONESTX: está enfocada en la investigación de enfermedades neurodegenerativas, entre ellas el Alzheimer.
Prevención
Si bien no se puede prevenir el Alzheimer por completo, adoptar un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo. Mantener una dieta equilibrada, realizar ejercicio físico regular, participar en actividades que estimulen la mente y socializar pueden ayudar a mantener el cerebro sano.
Además, no nos podemos olvidar de los cuidadores. Cuidar de una persona con Alzheimer puede ser un desafío emocional y físico. Los cuidadores deben asegurarse de recibir apoyo y descansar lo suficiente para cuidar tanto de sí mismos como del ser querido.
El Alzheimer sigue siendo un reto importante en el campo de la medicina, pero los avances en investigación nos acercan cada vez más a mejores tratamientos y, potencialmente, a la prevención. Mientras tanto, la detección temprana, un estilo de vida saludable y el apoyo a los cuidadores son claves para enfrentar esta enfermedad. Finalmente, queremos destacar la actividad de divulgación y apoyo a las familias que llevan a cabo las distintas asociaciones a nivel nacional:
Fundación Alzheimer España (ALZFAE): https://alzfae.org
Confederación Española de Alzheimer (CEAFA): https://www.ceafa.es/es
Fundación Pasqual Maragall: https://fpmaragall.org/
Fundación Reina Sofía: https://fundacionreinasofia.es
Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Madrid (AFAL Madrid): https://afal.org
Alzheimer Cataluña: https://alzheimer-catalunya.org
Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valencia (AFAV): https://afav.org
Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Sevilla (AFA Sevilla): https://afasevilla.org
Federación de Asociaciones de Familiares de Alzheimer de Galicia (FAGAL): https://fagal.org
Referencias
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- Heneka, M.T., Carson, M.J., El Khoury, J., et al. (2015). Neuroinflammation in Alzheimer’s Disease. The Lancet Neurology, 14(4), 388-405.
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