La presencia de aditivos en la lista de ingredientes de alimentos procesados es algo común, pero no sorprende que cada vez más consumidores prefieran opciones naturales, evitando los números “E”. ¿Qué sabes sobre ellos?
¿Qué son los aditivos alimentarios?
Los aditivos alimentarios son sustancias que se añaden intencionalmente a los alimentos durante su elaboración o procesado con el objetivo de modificar sus propiedades.
- Puesto que permanecen en el producto final, son considerados como ingrediente más, por lo que deben incluirse en la lista de ingredientes. Pueden aparecer identificados con su denominación o mediante un código, que en el caso de la Unión Europea es la letra «E» seguida de 3 o 4 cifras y su función. Ej: el ácido benzoico como agente conservante podría aparecer como «conservante: ácido benzoico» o «conservante: E-210».
Tipos de aditivos
Existen 27 clases de aditivos según la función que desempeñen en el alimento (emulgentes, conservantes, colorantes…) aunque algunos pueden ejercer más de una acción. Ej: El ácido cítrico tiene acción antioxidante y conservante.

🧐El uso de reclamos como sin colorantes o sin conservantes es una estrategia comecial para hacer que el producto parezca más natural. Frases como estas no implican que el producto no pueda llevar otro tipo de aditivos.

Regulación de los aditivos
- Los alimentos vendidos en Europa solo pueden incluir aditivos presentes en la lista de aditivos autorizados de la UE, que también establece en qué productos pueden usarse y en qué cantidad. Actualmente en Europa hay más de 300 aditivos autorizados.
- Para que se apruebe el uso de un aditivo, debe probarse que su uso no conlleva riesgos para la salud de los consumidores. Un fabricante que quiera poner en el mercado un nuevo aditivo alimentario tiene que aportar documentación que demuestren que su uso es seguro.

- El fabricante envía la solicitud de autorización a la Comisión Europea, aportando la documentación y datos correspondientes.
- La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se encarga de evaluar la seguridad del aditivo que se quiere autorizar, teniendo en cuenta sus características, los datos de toxicidad y el nivel de exposición a través de la dieta.
- La Comisión y Estados miembros deciden si autorizar el aditivo o no, y en qué condiciones (tipo de alimento, cantidad máxima…).
- La lista de aditivos autorizados está en constante cambio, pues los aditivos se reevalúan cuando hay nuevos datos que sugieren que las condiciones de uso actuales podrían no ser las más adecuadas. Por ejemplo, la publicación de estudios que demuestren que el aditivo tenga propiedades tóxicas que antes se desconocían, puede conllevar que se restringa su uso o incluso que se prohíba su utilización.
Clean Label (etiquetado limpio)
- Los consumidores son cada vez más conscientes de la importancia de la alimentación en su salud y buscan productos menos procesados. La industria alimentaria trata de adaptarse a esta demanda, reduciendo el número de ingredientes y utilizando compuestos “naturales” y reconocibles por el consumidor, lo que se conoce como «clean label» o etiquetado limpio.

- Algunos ingredientes ejercen funciones similares a la de los aditivos, pero no están considerados como tales.
- Es una forma de reducir el uso de aditivos y de “limpiar” la lista de ingredientes. Algunos ejemplos:
- El zumo de remolacha actúa como colorante.
- Extracto de levadura como potenciador de sabor.
- Extractos de plantas: proporcionan aroma y color.
- Fibras vegetales: retienen agua, se usan como alternativas al uso de fosfatos.
No todo es aditivo
- Los aromas que aparecen que se emplean en la fabricación de alimentos procesados no están considerados como aditivos alimentarios. De hecho, la normativa que los regula es diferente a la de aditivos.
- Los aditivos se añaden durante el proceso de fabricación de los alimentos para que ejerzan una función, y siguen actuando en el producto elaborado. Ésta es la diferencia principal respecto a los coadyuvantes tecnológicos, que se añaden durante la producción pero no están presentes en el producto final, por lo que no aparecen en la lista de ingredientes.
¿Son imprescindibles?
Si bien la seguridad de los aditivos alimentarios ha sido evaluada antes de ser autorizados, no dejan de ser compuestos químicos que se suman a los otros tantos tóxicos a los que estamos expuestos en nuestro día a día.
Algunos de ellos, como los conservantes, ejercen una importante función en la seguridad de los alimentos, pues dificultan el crecimiento de microorganismos perjudiciales. Sin embargo, otros muchos aditivos se emplean para hacer el producto más atractivo o apetecible (ej. colorantes, potenciadores de sabor…) siendo, por tanto, prescindibles en la “receta” del alimento.
Bibliografía
